El turismo como una herramienta de conservación y preservación de los territorios y las comunidades, a partir de la comprensión del relacionamiento ecológico, las dinámicas sociales y el bio-ritmo de un lugar.

Como respuesta a una masificación turística, degradación de los ecosistemas, escisión cultural y la gentrificación, se requiere una forma consciente de pensar, planificar, crear y gestionar el turismo en los destinos.

Interpretando los territorios haciendo una lectura de sus raíces, escuchando las memorias vivas, observando más allá de lo obvio e integrando las sabidurías cronológicas a través del bio-ritmo.

Diseñando productos turísticos estacionales, proactivos y adaptativos al cambio climático, donde la vida debe ser la prioridad, el bienestar de las comunidades el protagonista y todas las sabidurías en el tiempo deben ser tomadas en cuenta para una planificación personalizada y acertada.

Promover en los turistas la consciencia de visitar de forma resonante y respetuosa los destinos, reconociendo todos los estilos de vida de forma empática, disminuyendo el impacto de su presencia, adaptandose a las condiciones del territorio y no esperando que el territorio se adapte a ellos.

Al final el turismo no puede seguir siendo creado y gestionado con herramientas y metodologías de 20 años atrás, los sucesos actuales nos llevan a entender que dada destino tiene su propias formas, procesos y necesidades que no obedecen a una sola metodología sistemática.